Calderas de condensación

Una caldera de condensación es una caldera de gas estanca, es decir, en la que la combustión del gas se produce en una cámara cerrada, pero además, tiene la particularidad de que reutiliza la energía del vapor de agua generada por la combustión del los gases.

En una caldera de condensación al darse la combustión en un cámara estanca, cuando se produce la combustión del gas, se generan unos gases. Estos gases contienen vapor de agua.

Cuando el vapor de agua se convierte en líquido, es decir, se condensa, libera energía. En las calderas de condensación esta energía se aprovecha para calentar el agua, por lo que disminuye el consumo de gas.

Depende del modelo de caldera de condensación se puede obtener un rendimiento hasta el 110% (es decir, mayor rendimiento que el propio gasto de gas). Una buena caldera convencional nos daría un rendimiento en torno al 90%, son las que ofrecen mayor rendimiento.

A la hora de hacer números, una caldera de condensación nos vendrá a suponer un ahorro en torno al 30% en nuestra factura del gas.

Al medio ambiente también le van muy bien, ya que reduce hasta en un 70% la emisión de gases contaminantes como el óxido de nitrógeno (NOx) y dióxido de carbono (CO2).